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 la "trinidad" no es una enseñanza bíblica

 

1. ¿Quién, o qué, es la "trinidad"?

 

El Credo de Atanasio, que es aceptado por la mayoría de las iglesias que profesan ser cristianas, da una respuesta autorizada. Declara:

 

"Adoramos a un Dios en Trinidad y Trinidad en Unidad [...]. Hay una persona del Padre, otra del Hijo, y otra del Espíritu Santo; pero la divinidad del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo toda es una [...]. Así el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, sin embargo, no hay tres Dioses sino un Dios [...]. Y en esta Trinidad nadie está antes ni después del otro; nadie es mayor ni menor que el otro. Antes bien, todas las tres personas son coeternas juntas, y coiguales".

 

2. ¿Se espera que la gente use las facultades que le dio Dios, y aplique la prueba de la razón a sus creencias?

 

Aunque indudablemente hay cosas que la mente finita del hombre no puede captar totalmente, no se nos pide que creamos cosas que son contrarias a la razón. Esto es evidente por pasajes como Isaías 1:18, en el cual Dios, por medio del profeta, exhorta a Israel, diciéndole: "Venid luego [...] y estemos a cuenta [y razonemos]".

 

3. ¿Se siguió esta práctica en los tiempos de los apóstoles?

 

Sí. Hechos 17:2 nos dice: "Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos [...] por medio de las Escrituras" (vea también Hechos 18:4 y 19). Además, él exhortó a los conversos, diciendo, "examinadlo todo" en conexión con sus creencias (1 Tesalonicenses 5:21).

 

Él no pedía ni esperaba que sus seguidores aceptaran ciegamente sus enseñanzas como un principio de fe. Al contrario, elogió a aquellos de Berea porque "recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17:11)--un proceso que requería considerable razonamiento inteligente.

 

4. ¿Qué dicen las Escrituras con respecto a la afirmación del Credo de Atanasio, de que él (Dios) consiste en tres personas--el Padre, el Hijo (es decir, Jesucristo), y el Espíritu Santo?

 

Primer Corintios 8:6 especifica muy categóricamente que el único Dios es el Padre, NO una combinación del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo; en realidad, para dejar el asunto fuera de todo malentendido, Pablo procede a mostrar que nuestro Señor Jesucristo es no sólo una persona totalmente diferente de Dios el Padre, sino también que él no es Dios en absoluto. "Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre [...] y un señor, Jesucristo". Además, en Primer Timoteo 2:5, Pablo confirma esto, diciendo: "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre".

 

De modo que estos pasajes enseñan claramente que hay un solo Dios, que ese único Dios es el Padre, y que Jesucristo nuestro Señor no es Dios, sino que es el Hijo de Dios. Las expresiones "Dios el Hijo" y "Dios el Espíritu Santo", que se usan en el Credo, no se encuentran en ningún pasaje de la Biblia.

 

5. ¿Son coeternos el Padre y el Hijo?

 

Dios (es decir, el Padre--1 Corintios 8:6) ha existido siempre, y así la palabra "eterno" se puede aplicar adecuadamente a él, pero no a su Hijo; en realidad, la palabra misma, "Padre", significa uno de quien procede la vida, e "Hijo" uno a quien el Padre da vida.

 

Por lo tanto, debe haber habido un tiempo en que existió el Padre, pero no el Hijo. Las Escrituras repetidamente se refieren a Jesús como engendrado de Dios, por ejemplo, Juan 3:16; 1 Juan 4:9. Por lo tanto, en vista de que (como el mismo Credo de Atanasio lo define) Jesús fue engendrado del Padre, nunca se tuvo la intención de expresar el pensamiento de que él es coeterno con el Padre, y es bíblicamente incorrecto.

 

6. ¿Son coiguales el Padre y el Hijo?

 

En 1 Juan 4:9, 14, se nos dice que Dios (o el Padre) "envió a su Hijo unigénito al mundo". Sin duda sería una suposición irrazonable que un Dios coigual enviara a otro Dios coigual.

 

Jesús mismo dijo: "No puedo yo hacer nada por mí mismo" (Juan 5:30). "El Padre mayor es que yo" (Juan 14:28). Además, Jesús sabía y enseñó que había sólo un Dios: el Padre. Es por eso que Jesús dijo a María: "Ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Juan 20:17). Esto definitivamente contradice la idea de igualdad. La inferioridad de Jesús en comparación con "el Padre" es corroborada cuando leemos en conexión con la resurrección. "A este Jesús resucitó Dios [...]. Así que, exaltado por la diestra de Dios..." (Hechos 2:32-33).

 

Si Jesús mismo fuera Dios (algo que él nunca afirmó ser), ¿cómo podría estar él mismo exaltado a su diestra? Esta absurdidad está más recalcada aun en Filipenses 2:9, donde leemos: "Dios [...] le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre. Y además en Hebreos 1:3-4, se declara que él, Jesús, "se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles".

 

Estos pasajes claramente muestran que Jesús no es ni Dios ni coigual con Dios, y es de especial importancia observar que las palabras "a la diestra de la Majestad en las alturas" prueban que el mismo no es la Majestad en las alturas, el cual es Dios, esto es, el único Dios--el Padre. Note también que las palabras "hecho tanto mejor que los ángeles" definitivamente indican un poder mayor que él, el cual en realidad realizó la obra de hacerlo (en la resurrección) tanto mejor que los ángeles. En su nacimiento, por el Espíritu de Dios, Jesús había sido "hecho un poco menor que los ángeles [es decir, un hombre], para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos" (Hebreos 2:9). Por otra parte, fue en su resurrección donde él fue exaltado en gran medida y hecho tanto mejor que los ángeles.

 

Además, cuando Jesús instruyó a sus discípulos acerca de cómo orar, él consideró sólo al Padre: "Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre [...]. Hágase tu voluntad..." (Mateo 6:9, 10). Seguramente esta omisión sería sumamente desconsiderada para Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, si tales Dioses existieran y fueran coiguales con el Padre. Sin embargo, podemos estar totalmente seguros de que Jesús sabía que hay sólo un Dios, el Padre, y que nuestras oraciones deben dirigirse a él, por medio y en nombre de nuestro Salvador y Mediador, Jesucristo, el Hijo del Padre.

También podemos razonablemente preguntarnos: Si Jesús era Dios, ¿por qué dijo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos 15:34). Él no podía desampararse a sí mismo; y un Dios no podía desamparar a otra persona coigual dentro del mismo Dios. Está escrito en Juan 17:1-3 que Jesús dijo en su oración al Padre: "Que te conozcan a TI, EL UNICO DIOS VERDADERO, y a Jesucristo, a quien HAS ENVIADO". De este modo, Jesús nos dice que él no era Dios, sino que fue enviado por el único Dios verdadero--el Padre. Por lo tanto, todos los otros dioses son dioses falsos.

 

Muchos otros pasajes muestran que Jesús no es una igualdad con Dios, pero dos más serán suficientes para nuestro propósito. Pablo, en 1 Corintios 15:24-25, nos dice que después de que Cristo haya reinado sobre el reino de Dios en la tierra hasta que todos los enemigos hayan sido puestos debajo de sus pies, entonces él entregará "el reino al Dios y Padre". Note que él no entrega el reino a Dios el Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Además, sería irrazonable en cualquier caso suponer que él se entregaría el reino a sí mismo, lo que tendría que hacer si él fuera Dios. También debe notarse que el hecho mismo de entregar el reino de Dios, el Padre, muestra que él no es coigual con el Padre, en tanto que las palabras "Dios, el Padre" verifican 1 Corintios 8:4 y 6 en su afirmación de que "sólo hay un Dios, el Padre". Finalmente, para remachar el tema, Pablo en 1 Corintios 15:28 nos dice: "Entonces también el Hijo mismo [Jesús] se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas [el Padre], para que Dios sea todo en todos". Por lo tanto, concluimos que Jesucristo: (1) No es Dios (el cual es UNO, el Padre), y (2) No es coigual con Dios, sino que él es el Hijo de Dios, segundo en categoría después del Padre.

 

7. ¿Es el Espíritu Santo un Dios coigual con Dios el Padre?

 

Si este poder espiritual es un realidad una persona separada, llamada "Dios el Espíritu Santo", entonces necesariamente se desprende que cuando la virgen María concibió, según se describe en Lucas 1:35, él (Dios el Espíritu Santo) sería el padre de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, fue el único Dios, el Padre, y no otra persona, quien, por su poder sin límite o espíritu santo, implantó la necesaria semilla de vida en la virgen María. Él no implantó en ella a otro Dios coigual.

 

8. En vista de que la doctrina de la Trinidad no es bíblica, ¿cómo es que tantos cristianos profesos la creen? ¿Cómo se originó?

 

El Sr. Donovan Cox, en su excelente obra titulada "Who is the God of the Bible?" [¿Quién es el Dios de la Biblia?], dice lo siguiente acerca del origen de la doctrina trinitaria:

 

"En el notable libro de Hislop, The Two Babylons [Las Dos Babilonias], vemos que las falsas doctrinas papales están basadas en las doctrinas de Babilonia; y, tal como podía esperarse, encontramos que la antigua Babilonia tenía su doctrina trinitaria. Para expresar la teoría de la Trinidad en Unidad, ellos utilizaban el triángulo equilátero, tal como lo hacen en la actualidad algunas iglesias romanas. El "Papado" tiene en algunas de sus iglesias una imagen de un Dios trino y uno con tres cabezas en un solo cuerpo. Los asirios también tenían un emblema trino y uno con la cabeza de un anciano (el Padre), un cero o círculo para 'la simiente' o Hijo, y alas y cola de un ave para representar el espíritu”.

 

El Diccionario Religioso, del cual el Dr. Lyman Abbott, un profeso trinitario, fue uno de los compiladores y editores, dice en la página 944: "No fue hasta el principio del cuarto siglo que el punto de vista trinitario empezó a ser elaborado y formulado como doctrina, y se hizo un esfuerzo para reconciliarla con la creencia de la iglesia en un Dios en un intento por resolver este problema de la Trinidad [...]. La Trinidad es una característica muy marcada en el hinduismo, y puede percibirse en las mitologías persas, egipcias, romanas, japonesas, indias, y en las más antiguas creencias griegas".

"La doctrina trinitaria con sus tres dioses en un solo dios fue una idea que la Iglesia de Roma tomó de Babilonia para atraer a los paganos, los cuales ya tenían una Trinidad de dioses paganos, al mismo tiempo que evitaban entrar en conflicto con los cristianos, los cuales creían en un solo Dios verdadero".

 

"La aceptación general de esta doctrina desde aquellos días, y la tenacidad con la que aún se mantiene, está basada en el temor supersticioso inculcado primeramente por el clero romano, y después por el clero protestante, bajo la amenaza de que quienquiera que niegue la Trinidad está condenado. Y en caso de que haya alguno que considere que esta es una declaración irrazonablemente fuerte y sin fundamento, sólo tiene que acudir al Libro Común de Oraciones y leer el Credo de Atanasio, que explícitamente declara que 'el que quiera salvarse debe creer en la Trinidad, de otro modo perecerá eternamente'. De modo que esta doctrina está tan firmemente arraigada que los protestantes la promulgaron como un legado del "Papado", y la cual aún se sostiene con tanta tenacidad, que la creencia en esta incomprensible y antibíblica doctrina es un requisito básico del cristianismo popular. Quienquiera que no la crea se le declara hereje".

 

9. ¿No enseñan 1 Juan 5:7 y 8 claramente la doctrina de la Trinidad?

 

El texto dice: "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y Tres son los que dan testimonio en la tierra".

 

Quizás debería señalarse aquí que el creyente tradicional bien informado raramente cita este pasaje para apoyar su creencia en la trinidad, aunque es el único lugar en la Biblia donde hay una declaración precisa que pretende mostrar que Dios es una trinidad. ¿Por qué? Porque las palabras desde "en el cielo" hasta "en la tierra" son una interpolación humana. No se hallan en los manuscritos más antiguos. La "Biblia de Jerusalén", la "Nueva Versión Internacional", y la "Biblia Anotada de Scofield" incluyen el texto original y añaden al margen una nota explicativa.

 

“La Biblia [católica romana] para Latinoamérica” expresa el pasaje de esta manera: “Tres son, pues, los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo”.

 

La “Nueva Reina-Valera 2000” vierte el texto así: “Porque tres son los que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre.Y estos tres están de acuerdo”.

 

Una típica nota aparece en Scofield: "Casi todos concuerdan que el v. 7 no es auténtico". La "Companion Bible" dice en la página 1876: "Omita todas las palabras desde 'en el cielo' hasta 'en la tierra', versículo 8 inclusive. Esas palabras no se hallan en ningún manuscrito griego de antes del siglo 16. Se vieron por primera vez en el margen de algunas copias en latín. De ahí fueron incorporados al texto".

 

Ni el Dr. James Moffatt, ni Farrar Fenton, ni el Dr. R. F. Weymouth, ni el Dr. Robert Young, incluyen este texto en su traducción. Tales palabras no aparecen en los más antiguos manuscritos griegos, a saber, el Manuscrito Vaticano Nº 1209, ni el Manuscrito Sinaítico, ni el Siriaco. No se encuentran en ninguno de los manuscritos árabes, etíopes, coptos, sahadicos, armenios o eslavos. La única excepción es la Vulgata (en latín), e incluso en esta versión muchas de las copias más antiguas las excluyen.

 

De los varios cientos de los manuscritos más antiguos, el único que incluye estas palabras está en el Trinity College de Dublín. De modo que puede verse la influencia "papal", primeramente en la Vulgata y después en la ciudad católica romana de Dublín.

 

10. ¿Qué puede decirse de Mateo 28:19. ¿No enseña acerca de la trinidad? El texto dice: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo".

 

1. Este pasaje es una desautorizada interpolación humana, y no se encuentra en los manuscritos de los tres primeros siglos. La falsificación se debe haber perpetrado a partir del 4º siglo. Existe el convencimiento creciente de que este texto es una falsificación. En todos los otros casos en los que se menciona el bautismo en el Nuevo Testamento, se muestra que se ha efectuado en el nombre de Jesús.

 

2. Evidencia histórica. Aunque los manuscritos que existían en los tres primeros siglos están perdidos o destruidos, no obstante, Eusebio de Cesárea, quien nació aproximadamente en  264 y murió en 340 d.C., tuvo acceso a la famosa biblioteca de Pampilos en Antioquía. Él escribió lo siguiente: "Sobre la enseñanza de su sermón enviado a todas las naciones, más el poder de Cristo que les dijo: Id y haced discípulos en mi nombre" (Eusebio, "Historia Eclesiástica", Libro III, capítulo 5, página 77.

 

3. Evidencia Bíblica. Esta frase trinitaria no ocurre en ningún otro pasaje de la Biblia, y ningún  apóstol bautizó en el nombre "del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo", lo que significa que: O los apóstoles fueron desobedientes a un mandato directo del Señor Jesús, o Jesús jamás mandó que bautizaran en el nombre de esta trinidad.  En cada otro caso en que se menciona el bautismo en el Nuevo Testamento, invariablemente se  muestra que se efectuó en el nombre de Jesús. Véase los siguientes pasajes:

 

(1) Hechos 2:38 – “Y Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados”.

(2) 8:16 – “Solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús”.

(3) 10:48 – “Y les mandó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesús”.

(4) 19:5 – “Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús”.

(5) Romanos 6:3 – “Habéis sido bautizados en Cristo Jesús”.

 (6) Gálatas 3:26-27 – “Pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”.

 

De modo que el texto original de Mateo 28:19 no contenía la frase trinitaria.

 

En 1960, la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera publicó un Testamento en griego, y en Mateo 28:19 se da la frase “en mi nombre” como una lectura alternativa, y se cita a Eusebio como una autoridad de la Ecclesia primitiva.

 

No obstante, a pesar de lo anterior, ¿dice aquí nuestro Señor "tres personas en un solo Dios", o "tres personas coiguales"? ¡NO! Entonces, ¿qué derecho tenemos para inferir que él quiso decir eso? No es más que una inferencia. Después de todo nosotros creemos en los tres: creemos en el Padre, el supremo y único Dios; creemos en el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo; y creemos en el Espíritu Santo de Dios, el cual es el poder divino por el cual Jesucristo y los apóstoles fueron facultados para realizar milagros.

 

Sin embargo, semejante creencia no lleva necesariamente consigo la creencia en una trinidad de personas coiguales y coeternas.

 

De modo que el significado del texto es claramente que aquellos que se han bautizado así no aceptarán nada como parte de su religión, excepto aquello que procede de Dios el Padre, y lo cual es revelado ya sea por medio de su Hijo, el Señor Jesucristo, o por la inspiración o poder del Espíritu Santo de Dios que obra externamente por medio de milagros, e internamente por conducto de los profetas y otros igualmente inspirados.

 

Además, si este texto se refiere a tres personas coiguales que forman un solo Dios, haciendo de este modo al Espíritu una persona (y Dios), es sólo razonable deducir que el agua y la sangre que se mencionan en 1 Juan 5:8 también son personas (y Dioses), ya que no sólo están aquí unidas sino que, además, se muestra que los tres concuerdan en uno solo.

 

11. ¿No se refiere la Biblia, en diversos pasajes, a Jesús como Dios? Por ejemplo, Hebreos 1:8, que dice: "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo".

 

Por supuesto, esta es una cita de Salmos 45:6, donde la palabra hebrea para "oh Dios" es "Elohim". Ahora bien, esta palabra "Elohim" junto con "theos", su equivalente griego en Hebreos 1:8, aunque frecuente y adecuadamente se aplica a Dios mismo, también puede aplicarse a otros que no son el Dios Supremo. Por lo tanto, la aplicación de "Elohim" a Cristo no le da el derecho a igualdad con Dios, como tampoco el uso de la misma palabra "Elohim" para referirse a Moisés (Éxodo 7:1) y a otros, les da el derecho a igualdad con Dios (vea Salmos 8:5 donde "Elohim" se vierte como ángeles; y en Jueces 13:22 se ha traducido como Dios; en Jueces 16:23 se traduce dos veces como Dios al referirse a ídolos; en Éxodo 21:6; 22:8 y 22:9 se traduce como "los Jueces").

 

De la misma manera, el uso de la palabra Theos, en conexión con Cristo, no es prueba de que él era una persona dentro de un Dios trino y uno, así como tampoco es prueba que el adversario de Dios y de Cristo sea también una persona de semejante Trinidad tan sólo porque se le llama "el dios [theos] de este siglo" (2 Corintios 4:4); o que los hombres a los que Cristo mismo dijo: "Dioses sois" (Juan 10:34), citando de Salmos 82:6, tengan derecho a igualdad con Dios. Además, aquellos que recurren a Juan 10:34 notarán que Jesús prosigue en el versículo 36, diciendo: "Porque dije: Hijo de Dios soy". Sírvase recordar que los judíos recién lo habían acusado de hacerse a sí mismo Dios. Su respuesta es indudablemente una clara negación de esto. Si Jesús hubiese sido en verdad Dios, él sin duda lo habría dicho, y no habrían intentado despistarlos con una media verdad. Sin embargo, nosotros estamos plenamente satisfechos porque Jesús habló la completa verdad cuando dijo: "Hijo de Dios soy".

 

Además, si volvemos a Hebreos 1:8 y, en vez de tomar sólo ese versículo, leemos también el versículo siguiente, notamos las palabras: "Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo [...], más que a tus compañeros". De modo que Jesús no pudo haber sido el Dios supremo, en vista de que aquí tenemos a un Dios superior a él que lo ungió. Dios (o el Padre) era, por supuesto, el Ungidor, en tanto que Jesús, el Cristo (es decir, el ungido) demostró, por este hecho mismo, que era, no el Dios supremo, sino el ungido de Dios--exaltado más que a sus compañeros.

 

12. ¿No enseña Juan 1:1 acerca de la trinidad cuando dice: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios"?

 

Primeramente, sírvase notar que aquí sólo se mencionan dos factores, a saber, el Verbo (o la Palabra) y Dios. A lo más, entonces, sólo podía enseñar una dualidad más bien que una trinidad.

 

En segundo lugar, el término griego "logos" no se refiere necesariamente a una persona, por ejemplo, Romanos 10:8, donde ocurre dos veces y se refiere a la "palabra de fe" que predicaba el apóstol. Del mismo modo en Juan 1:1 "el Verbo", o "Palabra", [logos] no representa a una persona, sino más bien a la Palabra del Padre (Dios dijo, y fue hecho--Salmos 33:9). Antes de que el mandato salga de Dios, puede ser y es identificado como una parte de Dios (el Padre).

 

De modo que aquí se visualiza sólo una persona, y no una trinidad.

 

13. En vista de que Jesús era el Hijo de Dios, producido milagrosamente por el poder espiritual del Padre, ¿lo convertiría eso en Dios el Hijo?

 

No, no necesariamente. Adán fue producido por el mismo poder espiritual, y se le llama Hijo de Dios (vea Lucas 3:38). La única diferencia reside en la manera en que obró. Además, las Escrituras muestran claramente que Jesús participó de la naturaleza de su madre, y no de la naturaleza divina (Hebreos 2:14-17).

 

14. Pero, ¿no es Jesús el "Verbo", (o la "Palabra") o el "logos", que fue hecho carne en el principio? (Juan 1:14).

 

Aunque este suceso estaba en el propósito o plan de Dios desde el principio mismo, y en diversas ocasiones se predijo en la profecía, el acontecimiento literal no ocurrió hasta "el principio" de la dispensación del evangelio, y entonces tal como lo describe Lucas en el capítulo 1, versículos 26 al 35. Dios (el Padre) habló, es decir, dio el mandato al ángel Gabriel quien trasmitió las buenas nuevas a María, y por obra del poderoso poder espiritual de Dios, la Palabra, o mandato, de Dios fue hecho carne, es decir, la persona de Jesús nació "y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (Juan 1:14).

 

15. ¿Y qué hay de aquellos pasajes que hablan de Jesús como si hubiese existido antes de los tiempos del Nuevo Testamento, por ejemplo, Juan 8:58: "Antes que Abraham fuese, yo soy"? ¿No afirma automáticamente que es Dios, al usar las palabras "YO SOY" de sí mismo?

 

Estas mismas palabras ocurren en otros dos lugares en esta misma conversación, y una vez en el capítulo siguiente. (1) "Porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis" (Juan 8:24). (2) "Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo" (Juan 8:28). (3) "Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy" (Juan 9:9).

 

Jesús está diciendo: 'Yo soy el Mesías prometido', pero ellos lo rechazaron.

 

Si los traductores hubiesen añadido la palabra "aquel" a Juan 8:58 para que dijera: "Antes que Abraham fuese, yo soy aquel" como lo hicieron en los otros tres pasajes, siendo todos los casos exactamente iguales en el griego (ego eimi), habría sido claro por el contexto que se estaba refiriendo a sí mismo, no como Dios, sino como el Mesías prometido, predicho y predeterminado antes de Abraham, "el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo" (Apocalipsis 13:8), y "ya destinado desde antes de la fundación del mundo" (1 Pedro 1:20).

 

16. ¿No dijo Jesús: "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30), afirmando de esta manera que era parte de un solo Dios?

 

Si el hecho de que porque Jesús declara que él y el Padre son uno prueba que Jesús es Dios, y ambos en igualdad, entonces nos encontraremos en graves dificultades.

 

Jesús, en oración al Padre, dijo: Ruego "también por los que han de creer en mí [...], para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros [...]; para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí..." (Juan 17:20-23).

 

Por lo tanto, si la declaración de Jesús en Juan 10:30, a saber: "Yo y mi Padre uno somos", prueba que Jesús es Dios, coigual con el Padre, entonces su declaración en Juan 17:20-23, recién citada, igualmente prueba que cada uno de los miembros de la ecclesia verdadera es Dios, coigual con el Padre, expandiendo de este modo la trinidad hasta una infinidad.

 

Sin embargo, Jesús no tenía semejante ilusión. Él sabía que Dios el Padre era el único Dios verdadero, pero también sabía que había completa armonía o unidad de espíritu y propósito entre él y el Padre. Él ilustra cuidadosamente esto en Juan 17:20-23, hablando de la unidad (o armonía de espíritu) de la ecclesia verdadera, lo cual no podía ser unidad de persona. También mostró que esta unidad o armonía era algo que había que lograr. Como él era uno con el Padre por medio de hacer la voluntad del Padre--"Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42)--así también cada miembro de la ecclesia verdadera llegará a una perfecta armonía con el Padre y con el Hijo, haciendo a un lado su propia voluntad y aceptando la de Cristo, la cual es la del Padre.

Jesús está mostrando aquí que esta unidad entre él y su Padre fue llevada a cabo por el Espíritu de Dios, que habitó en el Hijo. En forma similar, la Ecclesia llena del Espíritu estará en unidad con Cristo, y de este modo también con Dios.

 

17. ¿Cómo pudo Jesús decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9), si él no era parte del único Dios?

 

Muchos de aquellos que citan esto como una prueba de que Jesús es Dios (es decir, Dios el Hijo coigual con el Padre) propenden a pasar por alto ciertos puntos: (1) Que Jesús dijo a continuación: "¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras" (Juan 14:10).

 

Ahora bien, hemos visto en la respuesta a la pregunta anterior que esto significa unidad de propósito o armonía de espíritu, de manera que la implicación de las palabras "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" tiene obviamente el mismo sentido, ya que el apóstol nos asegura que "a Dios nadie le vio jamás" (Juan 1:18). Pero Jesús haciendo la voluntad del Padre en todo momento era una representación perfecta de Dios. En verdad él era "la imagen del Dios invisible" (Colosenses 1:15); "la imagen misma de su sustancia" (Hebreos 1:3). Él era la mejor, la más íntima, y la más positiva representación de Dios que era posible dar al género humano, de modo que el pudo verdaderamente decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". Él era la imagen perfecta del Dios invisible, y por consiguiente la mejor concepción o ilustración que podía ser presentada.

 

(2) Jesús era "la imagen del Dios invisible", y por esta razón pudo decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre", pero seguramente esto no significa que por lo tanto Jesús era Dios, porque tenemos que recordar que, según Génesis 1:26, Dios se propuso hacer al hombre a su imagen; pero esto difícilmente da al hombre el derecho a pretender una igualdad con Dios.

 

(3) También leemos que la Ecclesia de Cristo será como Cristo (1 Juan 3:2). Por lo tanto, si Cristo es Dios, y la semejanza es prueba de identidad, entonces cada miembro de la ecclesia será también Dios, lo cual es ridículo.

 

(4) En realidad, si las palabras, "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre", se han de tomar en el sentido absolutamente literal, entonces Jesús estaba en verdad declarando que él era Dios, el Padre. Pero, según los trinitarios, Jesús era l segunda persona de la trinidad, a saber, Dios el Hijo; por lo tanto, el Hijo era de hecho el Padre, y ellos no eran dos personas en absoluto; pero, al mismo tiempo, el Hijo era su propio Padre y era mayor que él mismo. Lo absurdo a lo que nos lleva esta deducción lógica (basada en la doctrina de la Trinidad), nos muestra claramente la falsedad de esa doctrina.

 

Por esto queda muy en claro que en las palabras "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" no hay nada que indique que él era de hecho el Padre, o que él era Dios.

 

18. ¿No es Jesús Yahvéh, y por lo tanto necesariamente Dios?

 

Hay uno o dos textos que parecen expresar esta idea, si se toman por separado, sin estudiar la enseñanza de las Escrituras como un todo. Sin embargo, esta idea obviamente surge de la confusión que invariable e inevitablemente causa la doctrina trinitaria.

 

El apóstol Pablo, hablando de Jesús, nos dice muy claramente que Dios "le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre" (Filipenses 2:9), y que él "se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas" (Hebreos 1:3).

 

Notamos que Jesús fue exaltado por Dios y está sentado a la diestra de Dios, lo que se confirma en Mateo 22:44; Hechos 2:34, 35; Hebreos 1:13 y 10:12, 13. Si acudimos ahora a Salmos 110:1 encontraremos una previsión de esto: "Yahvéh dijo a mi Señor [Adon]: Siéntate a mi diestra...".

 

Si Jesús es Yahvéh, entonces o él está sentado a su propia diestra o él levantó a alguno otro (Adon) para que se sentara a la diestra suya (esto es, de Jesús).

Lo absurdo de esto queda en evidencia apenas se declara.

 

Pero las Escrituras expresan muy claramente que "Yahvéh" no es otro que el solo y único Dios, el Padre, y "Adon" es su bien amado Hijo, el Señor Jesucristo, quien está sentado a la derecha de Dios. Esto, por supuesto, está en perfecta armonía con todos los otros pasajes y apoya la declaración de que "Yahvéh nuestro Dios, Yahvéh uno es" (Deuteronomio 6:4). "Sólo hay un Dios, el Padre" (1 Corintios 8:6). De modo que Yahvéh es el único Dios, el Padre, y no Jesucristo, de quien el profeta Isaías nos dice que es el "siervo" de Yahvéh (Isaías 53:11). Esto está confirmado por Jesús mismo, quien nos dice que él no vino para hacer su voluntad, sino para hacer la del Padre (Juan 5:30, etc.).

 

(Tomado y adaptado del libro “The Key to Bible Understanding” [La Llave Para Entender la Biblia], por O. L. Dunnaway. Segunda edición en 1958).

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