¿Ocurrirá el “Armagedón” en un año de jubileo judío? (Como contexto de esta página, se invita al lector a leer 'el tiempo del fin') El siguiente extracto está tomado del libro ‘The Temple of Ezekiel’s Prophecy’ ('El Templo del Profecía de Ezequiel'), 1887, que fue escrito por Henry Sulley, un cristadelfiano y también un arquitecto. Entonces, la visión descrita en los últimos nueve capítulos de la profecía de Ezequiel se dieron cuando reinaba la desolación sobre la que una vez fuera la gloriosa tierra de Israel; y cuando la ciudad de Jerusalén estaba en ruinas. Habiendo ocurrido en semejante tiempo, ocupa una posición especial en relación con la historia de Israel. Vino precisamente cuando los frutos de la desobediencia se habían descargado sobre ellos. Y su consumación divide su historia en dos épocas: una, el período de su desolación, y la otra, el período de su completa restauración. La visión contiene indisputable evidencia de su asociación con el tiempo de la restauración. Después de que se le hizo ver a Ezequiel las principales características arquitectónicas del edificio, se le mostró cómo entra la gloria del Dios de Israel en la casa y oye una voz que dice: “Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre” (43:2-7). El cumplimiento de esta profecía implica la restauración, en toda su plenitud, de la cual se habla en otro pasaje de las Escrituras, cuando la gloria del Señor se levantará sobre Israel, el Redentor ya habrá venido a Sión, y Jacob ya no estará en transgresión. Entonces el Señor habrá hecho un pacto nuevo con la casa de Israel. En aquellos días Judá habrá sido salvado y Jerusalén habitará segura. Y los gentiles acudirán a su luz y los reyes al fulgor de su amanecer. Los hijos de los extranjeros construirán sus muros, y los reyes le servirán. También los hijos de aquellos que la afligieron vendrán a rendirle veneración, sí, todos los que la menospreciaron se inclinarán hasta las suelas de su sus pies. El sol de ella nunca más se pondrá; ni la luna se retirará, porque los días de sus tribulaciones habrán terminado. Nunca más Israel se contaminará con sus ídolos, ni con sus cosas detestables, ni con ninguna de sus transgresiones. Ellos serán una sola nación en la tierra sobre los montes de Israel, y un mismo rey será rey para todos ellos. El aumento de su dominio y la paz no tendrán fin porque el celo de Yahvéh de los ejércitos hará esto (Isaías 59:20; 60:1; Jer. 31:31; 33:16; Isaías 60:3, 10, 14, 20; Ezeq. 37:22, 23; Isaías 9:7). “En aquel tiempo llamarán a Jerusalén Trono de Yahvéh” (Jer. 3:17). “Éste es el lugar de mi trono y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre” (Ezeq. 43:7). Ezequiel es muy preciso acerca del día específico en el cual la mano del Señor estará sobre él. Él menciona el día, el mes y el año: “En el año veinticinco, al principio del año, a los diez días del mes, EN AQUEL MISMO DÍA, vino sobre mí la mano de Yahvéh y me llevó allá” (Ezeq. 40:1). ¿Por qué el espíritu detalló y recalcó tanto el día en que se le mostró la visión a Ezequiel? La respuesta se basa en cuatro hechos: Primero – Ezequiel era un hombre como una SEÑAL para Israel (véase 4:3-6), tanto en su aflicción como en su prosperidad. Segundo – Las cosas que vio Ezequiel están representadas como si efectivamente existían cuando se le dio la visión. Así, en el versículo 43 él se refiere a los sacrificios como si estuviese viendo “sobre las mesas la carne de las ofrendas quemadas”. Tercero – El año que menciona Ezequiel es casi ciertamente un jubileo, un quincuagésimo año de liberación – véase Lev. 25:8-16. Generalmente, se asume que la solemne pascua del octavo año de Josías (2 Crón. 35) era un jubileo. En la tabla infra un simple cálculo mostrará que el trigésimo año de Ezequiel es el trigésimo año de una época de jubileo. Es también el quinto del cautiverio de Joacim. La visión del templo en el año veinticinco del mismo cautiverio, es decir, veinte años después, o cincuenta años después del último jubileo. También se define que la visión ocurrió en el decimocuarto año después de que la ciudad fue destruida. Esto permite hacer un simple cálculo confirmatorio, así: Josías reinó - 31 años Josías guardó una pascua de jubileo en su decimoctavo año - 18 años Josías reinó después del jubileo - 13 años Joachâz reinó - 3 meses Joacim reinó - 11 años Joachîn reinó - 3 meses Sedecías reinó (hasta la destrucción de la ciudad) - 11 años Ezequiel recibió la visión 14 años después - 14 años Período total desde el último jubileo - 49 años 6 meses Intervalos - 6 meses Periodo Completado* - 50 años 0 meses (*nota añadida) Estos reyes no reinaron tantos años hasta el día mismo. Por lo tanto, obviamente los intervalos completaron automáticamente el período de jubileo. Cuarto—El décimo día del primer mes era la preparación de un gran evento nacional (Éx. 12). Ese evento era la liberación de la esclavitud, la destrucción de sus enemigos, el perdón de sus pecados, y el comienzo de un nuevo año. Estos trascendentales hechos no eran más que una representación de lo que ha de venir. Éstos eran conmemorados por la “fiesta de la pascua”, el comienzo de la cual ocurría por medio de la selección el cordero expiatorio en el décimo día del mes (Éx. 12:2-3). De estos cuatro hechos se pueden sacar las siguientes deducciones: a. La construcción será completada en un año de jubileo; para esa fecha estará terminado y abierto para que el público pueda adorar. b. El jubileo será una pascua solemne, y al décimo día del primer mes los sacrificios estarán en preparación, y todas las cosas dispuestas para la gloria de Yahvéh (*) para entrar en la casa recién erigida. c. La construcción del edificio estará relacionada con la regeneración nacional de Israel, cuando el Padre perdonará su iniquidad, y no volverá a recordad sus pecados – borrando, como una nube espesa, sus transgresiones (Jer. 31:34; Isaías 44:22, 23)). Para cuando se haya colocado la piedra principal y el último pavimento, sus enemigos habrán sido destruidos; y toda su esclavitud, sea literal o espiritual, terminará en el gran jubileo inaugurado en aquel tiempo. d. Así como la liberación de Israel de Egipto marcó el principio de meses y años para ellos (Éx. 12:2); esta gran liberación, que implica no sólo la regeneración para la casa de Israel, sino la bendición para todos los gentiles, será el comienzo de una nueva era, en la cual los registros oficiales datarán no desde el año de nuestro Señor, ni desde el reinado de algún rey gentil, ni desde el cautiverio de Joaquín, sino desde el día definido en la visión misma, cuando las ofrendas del pueblo israelita serán nuevamente aceptadas, y la paz reinará con todos los habitantes de la tierra – tanto judíos como gentiles. (*Nota agregada – ‘Yahvéh’ es el Nombre Memorial de Dios – para una explicación, haga enlace en 'El altar de Yahvéh-Nissi' - inglés) COMENTARIOS A ESTE EXTRACTO Hay varias consideraciones importantes que surgen de este artículo de Henry Sulley. La más importante es su sugerencia referente al templo futuro, es decir, que “la construcción será completada en un año de jubileo”. Él basa esta aseveración en la prueba que él propone de que la visión ocurrió en un efectivo año de jubileo judío. Él calcula esto por un anterior probable año de jubileo judío en los días de Josías. En esta etapa es aconsejable considerar la profecía divina, que encuentra su centro final en el Apocalipsis. Acontecimientos que han ocurrido en el pasado se vuelven representativos de acontecimientos que se han profetizado que acontecerán en el futuro. Por lo tanto, ¿qué podría ser más indicativo de dos futuros años de jubileo consecutivos que dos anteriores? En este punto, podríamos hacer un poco de digresión para considerar lo que hemos establecido en otro lugar, en ‘El Tiempo del Fin’, 'La Importancia Profética de las Festividades de Israel’, y ‘‘El Día del Señor’ – el propósito divino expresado en 8 Visiones de Gloria', cuyos enlaces se proveen a continuación. El plazo divino después del regreso de Jesucristo parece ser como sigue: 1. El juicio a los responsables (período indeterminado). 2. El “Armagedón” y juicios afines en el área del Oriente Medio (10 años). 3. El ultimátum al mundo a que se someta a Jesucristo, el cual da inicio a un período de 40 años, y que abarca dos períodos. Éstos parecen ser (a) Ultimátum de 10 años al mundo y preparación para el juicio final a Roma y sus partidarios; y (b) 30 años durante los cuales se llevará a cabo este juicio. El principio de este período de 30 años estará marcado por la destrucción de Roma (la ciudad literal) por el mismo terremoto que elevará a Sión. El fin estará marcado por la destrucción final de Roma (la ciudad espiritual). Durante la última parte de los acontecimientos que sacudirán al mundo, ya señalados, se procederá, sin interrupciones, a la construcción del Templo de la Era Futura. Como puede verse por las sugerencias ya indicadas, de este modo transcurrirán 50 años (el período de un jubileo) entre el “Armagedón” y la eliminación de toda oposición al reinado milenario de Jesucristo. Esto se ajusta perfectamente a la sugerencia de Henry Sulley, y eso explica el título de esta página. El “Armagedón”, como un jubileo para Israel en el año 2027 d.C. apunta hacia el jubileo para todo el género humano en el año 2077 d.C. Actualmente, vemos la creciente confianza y problemas de Israel, y las preparaciones de las naciones para la guerra – haga enlace con 'profecías'. Como se establece 'el tiempo del fin', los años 1937 y 1967 y 2017 d.C. vieron el fin de los períodos de la “generación” de los años 40 y 70 y 120 (compare con Mateo 24:29-34). Los años 2017 a 2027 d.C. se enfocan en los crecientes 10 días-años de los “dolores de parto” de Israel. Éstos empezaron con los disturbios palestinos y un renovado antisemitismo europeo como resultado de los problemas entre Jerusalén y la mezquita Al-Aqsa, y debe aumentar en intensidad hasta el “Armagedón”. Parece que hay 2 fechas que son vitales para nuestro entendimiento de estos acontecimientos futuros. Éstas son, (1) El año del gran jubileo/pascua de Josías, (2) el año en que Jesús habló en la sinagoga de Nazaret, y citó de Isaías con referencia a la celebración de un jubileo. Referente a la N° 1, hay algún desacuerdo entre los comentadores con respecto al año preciso. El año 624 a.C. es un año que se ha propuesto, y debido a que se ajusta perfectamente con el plazo ya sugerido, lo aceptaremos aquí. Referente a la N° 2, hace muchos años en este sitio web, al exponer acerca del cumplimiento de la profecía de Daniel de las 70 semanas respecto al Mesías, sugerimos que Jesús empezó su ministerio en el año 27 d.C. Éste fue el año en que él citó de Isaías se acaba de mostrar. Estas dos fechas adquieren fuerza la una de la otra, siendo por separado aparentemente correctas; y juntas son aún más concluyentes. Para entender cómo el año 624 a.C. y 27 d.C. y el 2017 d.C. pueden estar todos en un año de jubileo, debemos tomar en cuenta el ajuste a.C./d.C. – aquí haga enlace con 'Biblia', p. 2. Note que los 40 períodos de jubileo transcurren entre los años 27 d.C. y 2027 d.C. En la Biblia, el número ‘40’ significa prueba y tribulación, que serán seguidas de un final “reposo para el pueblo de Dios", y debemos “esforzarnos para entrar en aquel reposo” - Heb. 3:7 hasta 4:11. Es necesario considerar las palabras que Jesús citó de Isaías 61:1, 2 según se consignan en Lucas 4:17-21: “El Espíritu del señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los quebrantados, a predicar el año agradable del Señor”. El Señor no citó la última parte de Isaías 61:2 y 3, porque “el día de la venganza de nuestro Dios” y los consiguientes acontecimientos están reservados para su retorno. En aquel tiempo, él ya no se manifestará como “el Cordero de Dios”, sino, en cambio, como “el León de la tribu de Judá”, El cual administrará los justos juicios del Dios Poderoso sobre sus enemigos. Referente a las palabras que dijo Jesús, él declaró: “Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos” (Lucas 4:21). Estas palabras que él citó de Isaías son muy significativas, y tienen una relación directa con el año de jubileo. En realidad, Isaías mismo puede haberlas dicho en un año de jubileo, pero esto no se puede probar con certeza. Palabras tales como “libertad a los cautivos”, “poner en libertad a los quebrantados” y “el año agradable del Señor” respiran el espíritu mismo del jubileo, como lo mostrará claramente una cuidadosa lectura de Levítico 25:8-55. Y vemos la relación del jubileo con el sacrificio. “Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis resonar la trompeta por toda vuestra tierra” (Lev. 25:9). Aquí haga enlace con ‘sacrificio’. Sin la aceptación en el presente de los principios del Sacrificio de Cristo, no podemos esperar alcanzar el futuro jubileo (1 Pedro 1:17-20; Apoc. 5:8-10). Es vital que nuestros lectores consideren este hecho. Si nuestros cálculos son correctos o no, una predicción es cierta: El regreso de Jesucristo es inminente, y él regresará a pedir cuentas a sus siervos antes del “Armagedón”. Entender “las señales de los tiempos” puede alertarnos intelectualmente ante los acontecimientos actuales y futuros, pero la salvación sólo puede venir de un amor por la Verdad en su pureza. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad…Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 17:17; 8:32; 6:63). Es para aquellos que pueden reaccionar en su corazón ante estas palabras inspiradas e inspiradoras que se ha preparado esta página. Aguardamos con interés que se unan a nosotros en el breve tiempo que aún queda, a fin de que juntos podamos mirar al futuro con gratitud y seguridad - el Día de nuestro “jubileo”, que nos concederá (si somos fieles) la “liberación de la servidumbre de la corrupción” (Rom. 8:14-23). Sin embargo, también deberíamos considerar cuidadosamente las sobrias pero edificantes palabras de Juan 6:66-69: “Desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿También vosotros queréis iros? Y respondió simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Ojalá que hagamos eco de estas palabras inspiradoras, y así ganemos la futura herencia bendita en el reino de Dios. volver a 'el tiempo del fin' ir a ‘festividades’* ir a ‘el día del Señor’* (* inglés) |